Los orígenes de esta raza son muy antiguos. Su nombre proviene de la homónima ciudad mexicana situada en las primeras pendientes de la Sierra Madre. Ha sido durante siglos el perro amado y preferido por las princesas del antiguo pueblo azteca. Desciende en línea directa de un perro que desapareció hace ya muchos siglos, de nombre Techichi, del que se dice, en antiguas leyendas, que era dispuesto como "plato sagrado" y comido por los sacerdotes aztecas en el transcurso de ritos religiosos. La desaparición de estos pequeños animales se produce en la época de la conquista española, y los pocos ejemplares que sobrevivieron fueron cruzados con perros, siempre de talla reducida, que las antiguas tribus utilizaban para la caza de pequeños animales. De estos cruzamientos nace el pequeño Chihuahua, la más pequeña de las razas existentes.